Sátiro Leneo

Satiro Leneo

Los sátiros somos criaturas salvajes de los montes y los bosques, somos de carácter despreocupado, cruel y lascivo; pero también juguetón e infantil, aunque nunca ingenuo. Tantas veces nos dejamos llevar por eso que los hombres llamáis amor cuando queréis decir sexo.

Hay quien se empeña en decir que somos diferentes físicamente a los humanos: con cabeza y brazos muy peludos; unos pequeños cuernos negros y las piernas de cabrón (si sólo fueran las piernas); esto es, somos exáctamente igual que todos los hombres de este mundo: feos, peludos, insensibles, con cuernos indubitables, miserables, mediocres y sublimes. Somos del color de la mierda y de la vida: marrón oscuro o pardo rojizo.

Me encanta retozar por los campos, cazar, tocar el caramillo y perseguir ninfas. Lo más maravilloso es entonar un sikinnis, y ver cómo de los arbustos y enredaderas nacen curiosos los ojos de las ninfas. Me gusta el vino y detesto la mesura

Dicen de nosotros que aprovechamos cualquier ocasión para organizar ruidosas orgías y saciarnos el saco roto del placer. (No os engañéis, no es tan fiero el lobo como lo pintan).

A mi me suelen llamar Nonno (abuelo). Era un jovencito al que llamaban 'de los pies de viento'. En griego antiguo el λένος era la cuba en la que se pisan las uvas, Leneo (λένεος) por lo tanto, significa "la tina".

martes, 18 de enero de 2011

Y de nuevo el final

Al final siempre muere, a veces no con la vida, casi nunca con la muerte; todo se paga con el alma.

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